Expo-Statu-Quo

Statu Quo. Dentro del mundo de la moda.

No sería desacertado afirmar que, hoy en día, si no lo era ya, la ropa se ha convertido en un proceso completamente industrial. Lo artesanal o ‘hecho a mano’ se considera ahora algo casi exótico, exclusivo a aquellos que puedan permitírselo o quieran seguir vinculados con ese valor tradicional del esfuerzo y dedicación manual exhaustiva cuyo acabado ofrece una particular sensación de plenitud. Esta drástica diferenciación es la que aborda la artista Gema Rupérez en su exposición interactiva Statu Quo, albergada en el IAACC Pablo Serrano y abierta al público hasta el 26 de marzo de 2023.

Se hace, en ella, uso de todo el espacio a su disposición para crear un conjunto de obras que reaccionen a la presencia del espectador, durante cuyo recorrido uno pueda sentirse identificado, expuesto o incluso directamente responsable. Tal es el caso de la primera y además impulsora de este conjunto, Bandera Blanca.

Desde fuera podemos observar una serie de máquinas de coser a los lados de un pasillo central que nos conduce hasta la gran bandera que da nombre a la instalación, pero una vez cruzamos el umbral para acercarnos a verla, comienza a sonar repentinamente una pieza musical que más adelante reconoceremos como el himno de China al tiempo que se encienden y comienzan a funcionar de manera simultánea todas las máquinas. Si seguimos avanzando tras este susto inicial, veremos que la bandera se compone de pequeñas etiquetas cosidas a mano con la inscripción ‘Made in China’, cuyo proceso de creación aparece grabado en pequeñas pantallas de vídeo a los laterales de la instalación.

Dentro del mundo de la moda, Statu Quo nos habla de la angustia que encierra la instantaneidad de producción y difusión a la que estamos acostumbrados gracias al fast fashion, una clase de moda que no sería posible fabricar en la actualidad de no ser por la explotación laboral a la que se someten sus trabajadores en favor del consumismo a bajo coste del que se benefician sus clientes. El texto de entrada que recibe además al público a la exposición expresa como la artista no solo denuncia sino que propone también un cambio a todas estas cuestiones, reflejado en esta obra con la colaboración del proyecto Hilvanando culturas para la confección de la bandera. Este es un impulsor del emprendimiento femenino que busca contribuir a la formación de las mujeres en el sector textil para ayudarlas a generar ingresos para sí mismas y sus familias, conectando además con el discurso del consumo responsable en indumentaria artesanal.

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Videoinstalación de Bandera Blanca. Fuente: culturadearagon.es

 

Lo textil como medio de expresión se emplea también en la pieza White collar, blue collar, para la que se disponen doce cuellos de camisas blancas de manera circular central sobre una masa rectangular confeccionada a partir de prendas de trabajo azules, descosidas y unidas manualmente, en referencia a la bandera de la Unión Europea. Aunque esto pueda interpretarse a primera vista como el mensaje tradicional de tensión y contraste entre la clase social trabajadora (mucho más numerosa y desordenada, cuyo atuendo de trabajo requiere materiales resistentes y cómodos en colores que puedan disimular la suciedad) y la que ocupa posiciones de poder (más reducida y reglada, cuyo traje refleja el ambiente limpio y uniforme en el que se trabaja), siendo también que esta última está simbólicamente colocada por encima de la otra, podríamos atribuirle otro vínculo más. El uso de la bandera como elemento central tanto en esta como en la primera obra de la exposición sería una manera de decir que Europa tampoco se libra de la desigualdad laboral antes denunciada en relación a China, sino que comparte un mismo problema y lo refleja mediante el desarrollo artesanal del tejido.

En Statu Quo encontramos, por último, la moda dentro de un contexto político en Star, una pieza que nos habla, ofreciendo varias posibilidades de interpretación, del conflicto bélico y valor de los logros militares en el mundo actual mediante una composición que parte de tres camas elásticas. Estas han sido bordadas también manualmente por la artista con un estampado de camuflaje que de entrada no parece más que una inocente peculiaridad del diseño, pues es uno que emplea hoy en día variedad de prendas y estilos, pero una vez comienza a saltarse sobre ellas se escucha el ruidoso tintineo de insignias metálicas estrelladas que, colgando de su superficie, chocan contra el suelo bajo las camillas delatando su presencia y haciéndonos recordar el carácter militar que encarna este patrón textil. Si se junta además este estruendo con el himno chino dentro de la misma sala, se acentúa el mensaje de vanidad indumentaria y sacrificio ajeno que a menudo nos hace olvidar los orígenes tanto físicos como simbólicos de la ropa que llevamos.

Statu Quo

Obra final de la exposición, Trans. Fuente: culturadearagon.es

 

La obra final de la exposición simula un par de cortinas metálicas formadas por piezas rectangulares idénticas entre sí, y en las que, organizadas de manera ordenada en filas y columnas, puede leerse una palabra distinta según el punto de vista desde el que sean observadas. Así, mediante el ingenioso efecto que permite la impresión lenticular aplicada a una única letra, REDES puede convertirse en RESES, y CHANCE en CHANGE: advirtiéndonos, por una parte, de la similitud conceptual entre las dos primeras definiciones, y haciendo por otra una posible propuesta que nos anima a concluir este recorrido y su conjunto de obras y reflexiones con una percepción optimista, aplicando su discurso a las oportunidades que puedan ofrecerse de manera que podamos transformarlas, también, en un cambio.

Alexandra Netoiu, 1º Diseño de Moda

 

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